Hoy me parece un buen día para hablar de la valentía que se requiere para decidir amar. Suena como algo simple, como algo fácil, ¿quién no querría decidir amar? Y con la palabra amar no me refiero a decidir casarse, no, decidir amar va mucho más allá de un compromiso social, decidir amar tiene unos requerimientos particulares y para mí, solo es realmente posible cuando estamos dispuestos a hacer renuncias, renuncias que nos llevan a vernos vulnerables y desnudos frente al espejo.
Quiero aclarar antes de empezar que sé que la palabra renuncia tiene una connotación negativa o relacionada al sacrificio. De hecho estuve a punto de cambiarla por la palabra despojo o desapego, que son más románticas. Pero creo que en definitiva la palabra que quiero usar es renuncia, porque me he dado cuenta que uno no solo renuncia a lo que quiere sino que también se renuncia a lo que no se quiere, porque por alguna extraña razón generamos tanta resistencia al cambio que incluso nos cuesta renunciar a la vida que que no queremos tener. Ahora, con esto en mente, continuo.
Por el momento he identificado tres renuncias y las comparto hoy porque creo que Jimmy, de manera consciente e inconsciente, ha tenido la valentía de hacerlas. Lo primero es la renuncia a las creencias que generan vergüenza, que nos hacen creer que somos seres pecadores por el simple hecho de existir ¿cómo puedo amar a otro si innatamente me creo no digno de amor? . Segundo, renunciar es al deber ser y esta representa cuestionar el comportamiento de toda una tribu ¿Cómo amar si me siento presionado a que el amor debe ser en un momento, a una edad y con tipo una persona específica? Finalmente llega la tercera renuncia, la más difícil de todas diría yo: renunciar al miedo de la ignorancia y lanzarnos a aceptar que simplemente la vida está llena de todo menos de certezas. Estas tres renuncias están atravesadas por la vulnerabilidad. Vulnerabilidad que se necesita para confrontar nuestras creencias, para salirse del camino trazado por la tribu y finalmente, para aceptar la ignorancia frente a la vida y así, como recompensa decidir amar.
Para mí hoy estamos celebrando estas renuncias, que a mi modo de ver, Jimmy las ha hecho todas, con una valentía ejemplar. Gracias por compartir este día conmigo, por mostrarme lo lindo que siente decidir amar y amarse desde la imperfecta genuinidad del ser.